Módulo IV_ Qué puedo hacer yo...no ser un mono!

    Que puedo hacer yo...no ser un mono:




A lo largo del Curso hemos podido observar la cantidad de legislación y recursos de que disponen nuestras distintas Administraciones, escasas en algunos casos o inexistentes en otros. Cada uno de nosotros y dentro de nuestro ámbito de actuación podemos corregir muchas actitudes discriminatorias, sólo necesitamos implicarnos un poco más. Posiblemente no nos damos cuenta de la calidad humana de la que estamos hechos cuando nos ponemos en la piel de los demás, y como un pequeño gesto puede cambiar tantas, tantas cosas. La familia como pilar central de valores para vivir en sociedad, basados en igualdad serán fundamentales para forjar un futuro carente de elementos discriminatorios. La implicación de los padres y del centro educativo es primordial en el desarrollo de la personalidad de un niño, así que trabajando intensamente e interiorizando esos valores mejoraríamos muchísimo . 


Hace tiempo tuve la ocasión de ver un documental realizado en los años 30 por un psicólogo norteamericano (W. Niles Kellog), introduciendo un mono pequeño en casa para que creciera con su hijo de casi un año. El experimento consistía en ver como era la convivencia durante el desarrollo físico e intelectual de ambos. Comprobaron que durante el primer año de vida del mono, convivía pacíficamente con el niño: jugaban, comían,  dormían juntos, compartían...eran inseparables. Incluso, el chimpancé aprendió antes a comer con cuchara que el niño, asimilando patrones humanos con mayor rapidez. Pero, a partir del año de convivencia es cuando se produce una transformación radical en la actitud del  simio, agrediendo,  apartando y alejándose del niño. Tras investigar los posibles motivos, Kellog inicialmente lo achaca a la naturaleza  salvaje del mono que tarde o temprano tendría que aparecer o podría ser su falta de intelecto, limitado en comparación con el humano, pero finalmente llegó a una conclusión irrefutable: el mono no agredía al niño por su naturaleza salvaje ni por su inferior capacidad intelectual, sino por el miedo que representaba estar con un ser distinto a él, quería protegerse de algo desconocido a pesar de vivir casi un año en su compañía; era el miedo, el miedo a lo diferente el motivo de las agresiones del mono al pequeño.

Por eso, cada vez que observemos un trato discriminatorio, no debemos quedarnos parados, indiferentes, tenemos que actuar...pensemos en ese mono...no nos reflejemos en él.-

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